La Legislatura provincial de Santa Fe mantiene paralizada la adhesión a la Ley de Alcohol Cero, a pesar de la existencia de una norma nacional y de ordenanzas locales en vigencia. Mientras en las rutas provinciales se permite cierto nivel de alcohol en sangre, las calles de la ciudad imponen restricciones más estrictas. La demora en la aprobación ha generado contradicciones y ambigüedad en la aplicación de la normativa.
A pesar de la existencia de la Ley de Alcohol Cero a nivel nacional y de ordenanzas vigentes en algunas ciudades de Santa Fe, la Legislatura provincial aún no ha logrado avanzar en la adhesión a esta importante normativa de seguridad vial.
La ley nacional, aprobada en mayo pasado, establece la restricción de conducir con cualquier nivel de alcohol en sangre en todas las rutas nacionales del país. Sin embargo, en Santa Fe, la normativa provincial permanece estancada.
El gobernador de la provincia, Omar Perotti, ya envió un proyecto al Senado provincial con el objetivo de adherir a la Ley de Alcohol Cero. A pesar de este impulso, los legisladores aún no han logrado reunir el quórum necesario para avanzar en comisiones y llevar adelante la adhesión. Esta situación ha generado preocupación en la ciudadanía y en organizaciones dedicadas a la seguridad vial, como la ONG Compromiso Vial.
Mariana Sena, referente de Compromiso Vial, ha instado a la Legislatura a tomar medidas “urgentes” y sancionar la adhesión a la Ley de Alcohol Cero. Sena argumenta que la demora en la aprobación de esta legislación deja una deuda pendiente con la ciudadanía y advierte que es necesario aplicar políticas de prevención que excluyan a aquellos que especulan con los límites de alcoholemia.
La falta de adhesión a la Ley de Alcohol Cero en Santa Fe ha generado una situación paradójica y ambigua en la provincia. Mientras que en las rutas provinciales se permite un máximo tolerable de 500 miligramos de alcohol en sangre, en ciudades como Rosario, Santa Fe capital y Pueblo Esther, se han aprobado ordenanzas locales que establecen la restricción total de alcohol al volante. Esto significa que un conductor con niveles bajos de alcohol en sangre puede circular por rutas provinciales pero será sancionado al ingresar a las calles de estas ciudades.
Esta situación crea contradicciones y desafíos para los conductores, especialmente en un área metropolitana como la de Rosario, que es altamente transitada y está interconectada. La necesidad de contar con una legislación unificada y coherente en toda la provincia se hace evidente para garantizar la seguridad vial y prevenir accidentes relacionados con el consumo de alcohol.