Este trágico evento no solo causó conmoción, sino que también puso de manifiesto la valentía y el sacrificio del personal de salud, en particular de una joven enfermera, Tamara Fontana.
Tamara Fontana, enfermera del Hospital San Roque, se convirtió en una verdadera heroína durante el incendio. Su rápida respuesta y dedicación fueron cruciales para la evacuación segura de pacientes, incluidos recién nacidos y mujeres embarazadas.
En un acto de valentía, Tamara utilizó su vehículo particular para transportar a los pacientes al Hospital de la Baxada, asegurando que recibieran atención médica de emergencia.
Lamentablemente, su heroísmo tuvo un costo. Durante las labores de evacuación, Tamara inhaló monóxido de carbono, lo que la llevó a ser internada en el hospital. Su estado de salud es actualmente reservado, y su situación ha movilizado a familiares, amigos y colegas, quienes han iniciado una cadena de oración pidiendo por su pronta recuperación.
Mientras Tamara luchaba por su vida, otra tragedia se desarrollaba en paralelo. Un niño que fue evacuado del hospital San Roque falleció durante el traslado al hospital San Martín.
Aunque las causas de su fallecimiento aún están siendo investigadas, las primeras informaciones indican que se trataría de una situación externa al incendio, sin relación con la inhalación de monóxido de carbono o quemaduras.
La noticia de la muerte del niño ha dejado a la comunidad en luto, subrayando la gravedad del incidente y el impacto emocional en todos los involucrados, desde bomberos y personal de salud hasta los familiares afectados.
El incendio en el Hospital San Roque ha dejado una huella imborrable en la comunidad de Paraná. La valentía de Tamara Fontana y la trágica pérdida del niño son recordatorios del sacrificio y los riesgos a los que se enfrentan los profesionales de la salud en su día a día.