En un giro inesperado, la dictadura de Nicolás Maduro ha confirmado la detención del gendarme argentino Nahuel Gallo, acusado de espionaje y terrorismo.
La noticia fue dada a conocer por Diosdado Cabello, ministro de Interior y Justicia y mano derecha de Maduro, durante una conferencia de prensa transmitida por el canal estatal VTV.
Nahuel Gallo, miembro de la Gendarmería Nacional argentina, fue detenido el 8 de diciembre al ingresar a Venezuela desde Colombia por el puente internacional de Táchira.
Según Cabello, Gallo fue retenido bajo sospecha de espionaje, aunque no se han presentado pruebas concretas que respalden esta acusación. Cabello cuestionó la presencia de Gallo en Venezuela, insinuando que su sueldo no justificaba sus viajes internacionales y sugiriendo que su visita tenía motivos ocultos.
Durante la conferencia, Cabello también criticó a figuras políticas argentinas como Patricia Bullrich, a quien calificó de “fascista”, y al ex presidente Alberto Fernández, a quien tildó de “tibio”.
Cabello afirmó que el proceso judicial contra Gallo está en manos de la justicia venezolana y que la cancillería argentina deberá decidir cómo proceder, dado que actualmente no mantienen relaciones diplomáticas con Venezuela.
La detención de Gallo ha generado una fuerte reacción en Argentina. Alejandra Gómez, pareja de Gallo y madre de su hijo, declaró que Gallo había viajado a Venezuela como un ciudadano común y que tenía todos sus documentos en regla.
Gómez expresó su desesperación por la situación, describiendola como una “pesadilla” y pidiendo el regreso de Gallo a su familia.
Cabello, por su parte, felicitó a las fuerzas de seguridad venezolanas y reiteró la acusación de espionaje contra Gallo, aunque sin presentar evidencia concreta.
Además, recordó que la justicia argentina había emitido una orden de detención en su contra, lo que interpretó como una represalia política.