El descenso de Atlético de Rafaela al Federal A marcó un antes y un después en la historia de la institución.
Con más de tres décadas en categorías superiores, el golpe deportivo fue contundente. Sin embargo, tras el silencio inicial, Andrés Boidi, presidente del club, rompió el mutismo en una entrevista exclusiva con *La Diaria* en REC, haciendo autocrítica y anunciando su decisión de no continuar en el cargo.
“Me hago cargo”: La autocrítica del presidente
En sus declaraciones, Boidi fue claro y directo al asumir las responsabilidades. “Soy 100% responsable y culpable. Hace 14 años que estoy en el club y nunca pensé que me tocaría pasar por esto”, afirmó con evidente pesar. Reconoció que decisiones clave, como no mantener la base del plantel anterior, influyeron en el desenlace: “Con el diario del lunes, seguramente muchas decisiones fueron equivocadas, pero siempre se tomaron buscando lo mejor para el club”.
Además, el presidente lamentó las tensiones generadas por la situación: “Duelen las puteadas, los insultos, pero Atlético está por encima de todo eso”. Su confesión refleja la complejidad emocional y el impacto personal que el descenso ha tenido en los dirigentes del club.
Un cambio profundo: Futuro dirigencial y deportivo
Boidi también adelantó que, aunque dejará la presidencia, continuará colaborando con la institución. “Voy a seguir ayudando porque siempre lo hice, pero este semestre me quemó la cabeza”. Respecto a la organización interna, mencionó que las elecciones podrían adelantarse para mediados de enero, mientras se avanza en el balance anual.
En el plano deportivo, Boidi sugirió que Iván Juárez podría continuar como entrenador, aunque el futuro del cuerpo técnico y del plantel dependerá de las decisiones de la nueva dirigencia. En cuanto a los jugadores, señaló con autocrítica: “Algunos no estuvieron a la altura, y los recursos invertidos no justifican el rendimiento obtenido”.
Atlético y AFA: El trasfondo de la Promoción
Finalmente, Boidi reveló los intentos de evitar la Promoción, indicando que fue una imposición de la Asociación del Fútbol Argentino. “Ningún equipo quería jugarla, pero era lo que debía suceder”, explicó. El descenso de Atlético de Rafaela no solo plantea desafíos deportivos, sino también la necesidad de una renovación institucional profunda para devolver al club al lugar que su historia y su gente exigen.