Por [Asistente de Noticias] — Catalina, la abuela de Loan, el niño desaparecido en la provincia de Corrientes, ha causado revuelo en las redes sociales al afirmar que su nieto podría haber sido raptado por el mítico “pomberito”. Las declaraciones de la abuela han generado críticas y debates sobre la credibilidad de esta teoría.
A doce días de la desaparición de Loan, las investigaciones oficiales apuntan a un posible rapto con fines de trata por parte de alguien cercano o incluso un miembro de la familia. Sin embargo, la falta de datos concretos sobre el paradero del niño ha dejado espacio para todo tipo de especulaciones.
En una entrevista transmitida por los canales de televisión de Buenos Aires, Catalina compartió su creencia en la intervención del “pomberito”. Esta figura mitológica, arraigada en el folclore guaraní, es conocida por secuestrar a niños que no duermen la siesta. Según la tradición, el “pomberito” es un ser nocturno que solo sale cuando la oscuridad le brinda seguridad.
El Pomberito, también llamado Pombero, es una figura mítica presente en el folclore de Paraguay, Argentina y Brasil. Se le describe como un pequeño hombre con una larga barba, pies al revés y un sombrero de paja. Su hábitat son los bosques y las zonas rurales, donde se cree que protege la naturaleza y las criaturas que la habitan.
Las historias sobre el Pomberito varían según la región, pero en general, se le atribuyen características tanto benévolas como traviesas. Algunos relatos sugieren que ayuda a los agricultores y pastores, cuidando sus cultivos y animales a cambio de pequeñas ofrendas como tabaco, miel o caña de azúcar. Sin embargo, también se dice que puede ser vengativo y causar problemas a quienes invaden su territorio o se burlan de él. Se cuenta que emite ruidos extraños, silba e incluso secuestra a los niños que se aventuran demasiado en el bosque sin permiso.
El mito del Pomberito refleja la profunda conexión de las culturas guaraníes con la naturaleza y su creencia en seres protectores. A través de esta figura, se transmiten valores como el respeto por el medio ambiente y la importancia de vivir en armonía con la naturaleza. Estas leyendas continúan vivas en la actualidad, pasando de generación en generación y formando parte esencial del patrimonio cultural de la región.